NFTs para financiar el cine independiente
Dirigida por Miguel Faus y protagonizada por Ariadna Gil, Luis Bermejo y Paula Grimaldo, Calladita se ha convertido en la primera película financiada con NFTs en Europa y puede estar marcando una nueva forma de hacer y producir cine. Con la venta de NFTs han conseguido recaudar 650.000 dólares.
En el proyecto participa la pionera en esta forma de producir cine: Julie Pacino (hija de Al Pacino) y el actor y director estadounidense Jim Cummings como productor ejecutivo. Y como directora de fotografía Daniela Cajías, premiada recientemente con un Goya por su trabajo en Las niñas.
Calladita es el primer largo de su director y es el resultado de un corto previo financiado con la fórmula del crowdfunding. ¿Por qué NFTs y no crowdfunding si al final hablamos de obtener financiación de pequeños inversores?
“En mi caso me he decantado por financiar la película así porque no había conseguido hacerlo de otra manera. En España la inmensa mayoría de películas independientes como Calladita se financian mediante subvenciones públicas y televisiones, y en nuestro caso no conseguimos financiarla por esas vías. Como yo llevaba un tiempo en el mundo de los NFTs, me di cuenta de que podría haber una oportunidad de financiar la película con una colección de NFTs y es lo que hicimos. Mi prioridad era poder hacer la película, y hacerla de la forma que esta historia merece, y encontré la manera en los NFTs”, explica Miguel Faus.
Venta de NFTs vs crowdfunding
Para Miguel Faus la venta de NFTs “aporta una nueva forma de financiar proyectos, y creo que necesitamos formas innovadoras de sacar las películas adelante. Hasta ahora la mejor manera de conseguir financiación colectiva (crowdfunding) era con plataformas tipo Kickstarter o Verkami donde los fans de un proyecto donan dinero para que se haga, y a cambio quizá reciben algunas recompensas, la mayoría de las cuales normalmente el mecenas no quiere en realidad. Te envían un póster o una camiseta de agradecimiento, pero en realidad eso es un coste y no aporta gran cosa al mecenas, que realmente lo que quiere es apoyar la creación de la película, y entiende que su aportación es una mera donación a fondo perdido”.
“Conozco esta vía porque es así como financiamos el cortometraje de Calladita. Y lo que acaba pasando en el crowdfunding tradicional, dado que se trata de donaciones a fondo perdido, es que la mayoría de mecenas suelen ser familiares o amigos, a no ser que el creador sea alguien famoso con una gran base de fans”, continúa Faus.
“La financiación vía NFTs de Calladita tiene algunas diferencias con esto que para mí la hacen mucho más atractiva: de entrada, la principal recompensa que reciben los mecenas es un NFT que es un activo digital, que podrían poner a la venta inmediatamente en una plataforma con fricción mínima”.
“En el peor escenario, quizá nunca nadie querrá comprárselo y su aportación habrá quedado como una donación a la película (o sea, como en Kickstarter) pero hay la posibilidad de que, en algún momento del futuro, el mecenas pueda vender su NFT, quizá incluso por un precio mayor al que pagó. Y eso puede depender del éxito y notoriedad de la película. Es decir, que a cambio de aportar financiación a la película, el mecenas recibe un activo que en cierto modo representa su porción de la película, y podría revalorizarse si la película tiene éxito”.
“Esta sería la otra gran diferencia con respecto a una campaña de crowdfunding tradicional tipo Kickstarter: en nuestro caso, el 95% de inversores son gente que no conocíamos, distribuidos por todo el mundo, que han descubierto la película por internet y han querido formar parte de un proyecto tan innovador. La inmensa mayoría de ellos eran ya coleccionistas de NFTs, y como digo lo que más les atraía del proyecto era su componente innovador e histórico, el hecho de sea una de las primeras películas en financiarse así”.
Fuente de la noticia: emprendedores.es